El hotel Ambassade de Boleslawec es uno de mis hoteles favoritos. Medio escondido en una calle cualquiera de una pequeña ciudad polaca, podría perfectamente haber sido diseñado por Dalí. Por fuera tiene el aspecto de una casa particular quizá algo tétrica. Por dentro, rezuma glamour y excentricidad a partes iguales. El predominio del rojo en la decoración, con estatuas que evocan el mundo del teatro y de la farándula, y con cuadros de estilo daliniano, le confieren al lugar un cierto aire de club de alterne sofisticado. A esto ayuda que la recepción sea la barra del bar. Pero es un hotel, con habitaciones amplias y elegantes, y un toque decadente absolutamente encantador. El dueño y responsable de este establecimiento tan singular trabajo durante más de 10 años con el gran mimo francés Marcel Marceau, de quien fue ayudante.
翻譯