Lo mejor es la ubicación, a pocos minutos del lago y el trato de Francesca. Pudimos tener las llaves del establecimiento desde las 10 para poder entrar por la tarde y también pudimos dejar el coche a esa hora (no está incluido en el precio). El colchón del sofá cama es incómodo y ruidoso. Las almohadas son o excesivamente altas o bajas. De todas formas, el mayor problema es que la caldera está en una habitación distinta a la que nos tocó y, dependes de que los huéspedes de la otra habitación no la desconecten (por el ruido que hace) para tener agua caliente. En nuestro caso, no tuvimos por la noche ni por la mañana hasta que no se despertaron los huéspedes y conectaron la caldera.
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