Es un hotel fliar. El dueño y su esposa son muy agradables y serviciales. La habitación es confortable con todo lo necesario para sentirse a gusto, lo mismo el baño. También tiene buen precio por lo que decidimos quedarnos más días, a pesar que esta un poco alejado del centro y hay que tomar bus o metro (pero es más tranquilo ahi). El desayuno es completo tipico de la zona, con huevos, quesos, fiambres, aceitunas, dulce, manteca, lo único que es un poco repetitivo comer todos los días igual, nos hubiera gustado alguna variación diaria y que hubiera alguna panificación dulce(facturas, tortas, tartas etc), yogurt, cereales, frutas, pero eso no se estila en Turquía aparentemente, donde las costumbres son totalmente distintas a la de los argentinos y hay que adapt****.
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