Reservamos a última hora porque en el hostal que nos íbamos a hospedar nos cancelaron la reserva y era el único que se ajustaba a nuestra presupuesto y uno de los pocos con habitaciones libres en el mismo día que había en Madrid (fin de semana de examen por oposiciones y media maratón en la ciudad). La habitación que compartíamos era de 8, entramos a las 16h todo el cuarto cerrado a cal y canto con olor a pies y gayumbos sucios en el baño (a saber de quién sería), charcos de líquidos cuestionables al rededor del wc y toallas sucias por todo el baño. No sé cada cuanto pasan a limpiar las habitaciones pero se ve que el día en el que entré no tocaba. Solamente te dejaban un edredón para taparte, el cual la parte de abajo, que por lo que se ve inicialmente era de color blanco, tenía un color amarillento y con bolillas que parecía que no se lavara en años o que estuviera muy viejo. Por otro lado, yo que estaba en una cama superior de litera, no tenía enchufe para cargar mi móvil ya que era la cama de abajo la que tenía los dos por lo que tuve que hacer maniobras para pasar el cable, entre la pared y el colchón, y poder cagarlo. Por un momento pensé en dormir en un asiento de la estación de Atocha antes que quedarme en el hostal, real. Menos mal que conocí a una chica y un chico que fueron a hacer el mismo examen que yo y que se hospedaron allí, fue lo único que mejoro la estancia que por suerte fue de un día. Y por añadir algo bueno... la atención del chico de recepción fue bastante buena. Nos enseñó donde estaba cada cosa, cómo usar los lockers, la cocina (que no estaba mal) y nos dio un mapa enseñándonos lo más destacado de la ciudad por si queríamos dar una vuelta. Se encuentra en el mismo centro de la ciudad, a pocos metros de Sol. Es un hostal que está bien para salir del paso y si no tienes mucho presupuesto pero no esperes gran cosa. Yo cada vez que viajo me quedo en hostales en los que comparto habitación y no se han parecido en nada a este.
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