El Hotel Termales El Otoño nos brindo una experiencia agridulce en nuestra estadia. Lo positivo de la experiencia es lo hermoso del lugar basado en su arquitectura, la distribucion de las piscinas termales y el entorno natural en que se encuentra. Sin embargo, el gran punto negativo es el pesimo servicio al cliente que ofrecen. En cierta medida fue un dolor de cabeza lidiar desde el check in con personas con poca simpatia, empatia y sentido comun de como atender de buena manera los clientes. La mala gana y el trato tosco al registrarse y la desorganizacion en el restaurante a la hora de la comida fue algo predominante. Ejemplos: Fuimos dos familias y la persona que nos recibio no pudo realizar los dos check in y a regañadientes mando a mis acompañantes a donde otra persona a sabiendas que veniamos juntos y por consiguiente nos dieron dos cuartos muy distantes (despues perdimos tiempo tratando de hacer cambio de cuarto cuando una solo persona hubiera podido el correcto check in si nos hubiera escuchado desde el principio). Segundo, los dos cuartos que usamos tuvieron pobre manteniento, todas las puertas sonaban mucho al abrir y cerrar (un poco de aceite no caeria mal y sale muy favorable costo beneficio) entonces en descanso fue poco. Tercero, el servicio en el restaurante fue pesimo, dos horas para una comida es demasiado, servian en desorden y de afan porque todos los comensales estaban en la misma posicion, no sin contar que un hotel de tal nombre se quedo sin botellas de aguardiente amarillo de manzanares. Por ultimo, tenia una invitada a desayunar y cuando llego a la recepcion ( de nuevo) para anunciarse le pidio a la señorita que por favor la anunciaron a mi cuarto para saber yo que habia llegado y eso nunca ocurrio. En fin, por el valor del hotel tienen mucho en que trabajar para mejorar la experiencia que fue muy pobre. No creo que vuelva y creo que hay muchos lugares a los que uno puede ir para pasar unos dias agradables sin tanto inconveniente.
翻譯