Era nuestra primera vez en Corfú. Seleccionamos este hotel por la buena pinta que tenía en las fotos, así como por las buenas valoraciones de google y tripadvisor, a nuestro parecer totalmente alejadas de la realidad. -Localización: se encuentra en Moraitika, al sur de la isla. La carretera que va desde Corfu ciudad a Moraitika va junto al mar y no tiene prácticamente arcén. Para parar e ir a las playas de la zona o a un supermercado hay que tener mucho cuidado, puesto que dejas el coche aparcado en medio de la carretera y los coches pasan muy rápido. Las playas de la zona pasan sin pena ni gloria, con la zona de arena muy estrecha. -Acceso: el acceso es realmente complicado en coche, con una cuesta muy pronunciada y estrecha con piedras. Incluso dentro del complejo del hotel la cuesta es muy pronunciada, hay muy pocos aparcamientos y nosotros lo pasamos mal intentando aparcar donde nos indicaba el personal, resultando muy difícil maniobrar. Desde luego el nivel de estrés es alto en un lugar que debería ser de descanso, e imposibilita el hacer ningún tipo de salida nocturna. -Instalaciones: nada más llegar el recepcionista (que también actuaba de camarero, porque la recepción estaba en el bar de la piscina) nos dice que nos lleva a nuestra habitación. Nos comenta que está en una zona más apartada e íntima. Nosotros habíamos contratado una habitación con un extra por vistas al mar. Le acompañamos y resulta que está fuera del complejo principal del hotel. Subimos y bajamos varias cuestas. Y luego llegamos al edificio de apartamentos: muy antiguo, con un mobiliario realmente desfasado y dudosa limpieza (el cual no había sido reflejado en ninguna de las fotos de las webs. Subimos 3 pisos con la maleta a cuestas porque no tenía ascensor, sin el recepcionista ayudarnos en nada. -Habitación: finalmente llegamos a la habitación, que no se correspondía en nada con lo contratado y lo que aparecía en las fotos: en lugar de un sofá en la sala de estar tiene una cama supletoria, todo anticuado, sillas de plásticas oxidadas en la terraza, plato de ducha en lugar de bañera (que era lo que aparecía en la descripción). Después de esto decidimos quejarnos al recepcionista. Contacta con su jefa y pretendía gestionar la queja por teléfono. Le decimos que preferimos cara a cara, y aparece al alta. Nos ofrece cambiarnos a otra habitación, esta vez en el complejo principal del hotel. De nuevo subiendo y bajando escaleras y cuestas con las maletas, y sin ayuda. Llegamos a la habitación, que era ligeramente mejor que la anterior. Nos ofrecen quedarnos o irnos sin coste alguno: dado que el wifi no funcionaba bien y los datos tampoco, y nos era imposible buscar otro hotel (era por la tarde), decidimos quedarnos. Resulta que en esta nueva habitación (de la que adjunto fotos) el mobiliario también era antiguo, y no se correspondía con muchas de las fotos. Había un pomo de la puerta suelto en el cabecero de la cama o un saliente del sistema de calefacción en el suelo.
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