加拉帕戈斯芬奇灣酒店

Hemos pasado 4 días en el hotel Finch Bay y la experiencia ha sido muy buena. La atención del personal es fantástica. Para acceder al hotel hay que ir en barco, pero el hotel dispone de unas lanchas a demanda que funcionan muy bien, tanto para ir como para volver. Y si tu teléfono es de fuera te ofrecen uno local para que les puedas avisar para recogerte en el muelle. El día de nuestra llegada nos recogieron en el aeropuerto y organizaron una excursión por el norte de la isla para que pudiéramos aprovechar el día. Vimos tortugas gigantes y los túneles de lava. El resto de los días nos apuntamos a las excursiones del Sea Lion (yate del hotel) visitando Santa Fe y Plaza Sur. Nadamos con tiburones y con tortugas marinas, bancos de peces, rayas,... Vimos iguanas, gaviotas, piqueros de patas azules,... Todo explicado por nuestros guías naturalistas, Valentín y Fabián, que nos acompañaban en todo momento. También iba cerca la zodiac por si alguien se cansaba o agobiaba haciendo snorkel. El capitán y resto del personal del Sea Lion también fue de gran ayuda en todo momento. Nos gustó mucho también la excursión en kayak por los manglares cercanos a la bahía en la que está el Finch Bay, en la que también contamos con un guía naturalista que nos iba contando todo lo que veíamos. No recuerdo el nombre pero fue estupendo también. El hotel es muy agradable, al lado de la playa de los alemanes. La piscina tiene vistas al mar y el bar es estupendo. Los cócteles, riquísimos. Cenamos en el restaurante del hotel la primera noche y comida estaba muy rica. En resumen, muy recomendable.

Finch Bay est un hôtel charmant, où nous avons séjourné dans des chambres standards simples mais propres, parfaitement suffisantes pour un séjour agréable aux Galápagos. Il est important de noter que l'hôtel propose également des chambres supérieures et des suites pour ceux qui recherchent davantage de confort. La très belle terrasse avec sa piscine est un véritable atout, où l’on peut observer des canards et autres oiseaux venant profiter des lieux. Pas d’inquiétude, la piscine est impeccablement nettoyée. Le petit-déjeuner est excellent, tout comme les repas : bravo au jeune chef pour sa cuisine délicieuse ! Une bonne cuisine représente au moins 50 % des vacances réussies, et ici, tout était parfait. L’hôtel est magnifique, rien à redire sur ce point. Le personnel est extrêmement sympathique et très serviable. Nous avons particulièrement apprécié César d’Esmeraldas, un vrai professionnel, attentif au moindre détail. Par ailleurs, nous avons eu la chance de croiser les propriétaires de l’hôtel, qui sont charmants et souriants, ce qui a rendu notre séjour encore plus agréable. Cela donne vraiment envie de dépenser son argent dans un établissement aussi chaleureux et accueillant.