Las tarjetas de las habitaciones abren todas las puertas, da igual la habitación en la que estuvieras alojado que la tarjeta habría cualquier puerta. El personal es muy borde, grita a los clientes y no tiene ningún tipo de respeto hacia el cliente, en especial el que estaba situado en la zona de recepción, el cual llego a pegar un puñetazo en el ascensor de las habitaciones. Las habitaciones estaban sucias y con las sábanas sin cambiar, notable a la vista. Las camas estaban la mayoría con tablas inexistentes o mal colocadas, lo cual provocaba que mientras dormías te cayeras, pudiendo provocar lesiones. La ducha, sin estar limpiada, no funcionaba bien, lo mismo te quemabas que te congelabas. El barrio en el que está situado es un barrio el cual no transmite buenas confianzas. En conclusión estancia lamentable.
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