Lo que se suponía que iban a ser unas vacaciones para descansar, se han convertido en días de madrugar para poder coger una hamaca para tomar el sol. A las 9.00h de la mañana, era imposible poder coger una hamaca, ya que estaban todas cogidas. La gente hacía fila para ello y corrían para no qued**** sin ellas. Meterse a la piscina era toda una batalla, solo podías entrar y salir, si no querías chocarte con todo el mundo. Por otro lado, la hora del desayuno y la cena ha sido un auténtico show: colas de 10 y 15 minutos por las mañanas para coger un huevo frito o una tortita. Lo mismo por las noches. El personal es insuficiente para el número tan elevado de huéspedes que acogen. Lo único positivo que puedo destacar es la limpieza. De hecho, nos hemos ido un día antes. La atención del personal de recepción, a excepción de la chica con tatuajes y gafas, muy agradable. La agencia con la que contratamos el viaje reservó una habitación standard en vez de una habitación con cocina, y de forma muy desagradable nos dijo que no era su culpa y que todo estaba lleno, que la que nos tocaba era esa y “listo”, que lo ponía muy “claro” en la reserva, sabiendo que íbamos con un bebé y que necesitábamos cocina. Asumimos el error, pero la poca empatía y la forma en que nos contestó fue tan deplorable, que me pregunto cómo se puede trabajar de cara al público teniendo esa actitud. Por suerte, la chica de la agencia habló con la directora del hotel y se subasanó el error al día siguiente.
翻譯