坎弗朗克站皇家世外桃源酒店(Canfranc Estacion, a Royal Hideaway Hotel)

Nice place, nothing to complain

He tenido la oportunidad de comer en el restaurante del Hotel Canfranc Estación y ha sido una experiencia gastronómica muy gratificante. Hemos tenido la suerte de probar un menú de degustación cuya cantidad era tan copiosa que era difícil llegar a las expectativas del esfuerzo demostrado por el chef y su equipo de cocina. Una mezcla de creación y tradición que nos ha encantado. Salmorejo, bienmesave y migas acompañadas de carpaccio de pepino y huevas, aperitivo se ceviche y otras delicias pollo al curri, tartar no puedo recordarlo todo. Dentro de la variedad de postres el flan de Angelines, con una textura cremosa que te deja fuera del mundo. Os recomiendo este restaurante, no os va a dejar con ganas de nada más. Muy recomendable.

Un hotel de ensueño, muy buen servicio, la habitación es muy confortable y con todos los detalles, productos de baño, almohadas, comodidad colchon y sofá. Desayuno espectacular, todo productos de alta calidad y buenísimos. La experiencia gastronómica del Canfranc Express increible. El resto de gastronomía del hotel muy buena también. Es un hotel para repetir muchas veces.

Solo decir que no conseguí conectarme a la WIFI (seguramente porque no segui el proceso) y que el baño de las habitaciones duplex no están hechos para altos como yo... el resto... impresionante. Instalaciones de la epoca pero modernizadas, gastronomía, atención del personal con detalle de hasta limpiarte el cristal del coche por la noche (si estás en su parking), baño en la habitación con taza caliente y chorro.... todo perfecto y por supuesto para repetir cuando me recupere del palo que me han dado ... Es caro, pero se recupera en sensaciones con creces. Por mucho que busque no encuentro nada malo que decir. Recomiendo cualquier cockatil del bar de la biblioteca y el desayuno. ESPECTACULAR

Le regalamos a mis suegros unos días en este hotel ya que teníamos ilusión de que lo conociesen. Fue los primeros días de la Semana Santa. Con la mala suerte de que cayó una enorme nevada, se dirigieron hacia el hotel y a poco más de 10 minutos de llegar las carreteras estaban cortadas debido a la nieve y no podían continuar debido a que tampoco tenían cadenas. Nos pusimos en contacto con el hotel para buscar una solución, en todo momento recibimos negativas, negando que la carretera estuviese cerrada (cuando en los medios oficiales aparecía la carretera como cerrada) y no ofreciendo ningún tipo de ayuda o solución alguna. Mis suegros, evidentemente se dieron la vuelta y cancelamos la reserva, acto seguido pusimos una queja, el hotel (otra persona diferente a la que nos atendió al principio) al cabo de 2-3 horas nos llamó para saber qué había ocurrido, fue entonces cuando nos propusieron una solución, que era la de ir a buscarlos cuando abriesen la carretera ya que no tenían cadenas, dijimos que ya se habían dado la vuelta porque 2-3 horas antes, cuando llamamos, no nos propusieron ninguna solución. Se negaron a reembolsar nada de la reserva. Después de esto pusimos una queja a Barceló recibiendo como respuesta una falsedad, ya que decían que "se podía llegar ya que las carreteras estaban abiertas a eso de las 12:30", cuando nosotros llamamos con el problema a eso de las 9 de la mañana cuando estaban cerradas. Nos hacía muchísima ilusión de que ellos disfrutasen de unos días en el hotel y con la idea de más tarde ir nosotros, pero visto el trato que recibimos, las mentiras que recibimos, la poca empatía con unas personas con una cierta edad que se encontraban ante una carretera cortada, que la desilusión fue enorme. El trato fue indigno de un hotel de 5*

Me he alojado durante el fin de semana en el Royal Hideaway Hotel Barceló y ha sido una experiencia excepcionalmente buena. La atención y profesionalidad de todos los integrantes de la plantilla del hotel es sobresaliente. Por motivos profesionales estuve muy cerca del inicio del proyecto de rehabilitación de la Estación/Hotel y su entorno en la primera década de este siglo y ciertamente ha quedado magnífica, monumental y lo que más me alegra es la superación de las múltiples reticencias que hubo que super**** para que hoy sea una gran realidad. Comimos en el restaurante “El Internacional” y degustamos las propuestas de “Art Decó” y de “La Biblioteca” y además, nos aconsejaron hacer una visita teatralizada con Albert Le Lay, alter ego de Manuel Bueno y fue una experiencia fantástica. Paseamos por el sendero de “Los melancólicos”, visitamos la ruta de los búnkeres y probamos los quesos de O’Xortical y todo estuvo a la altura del conjunto. Realmente hemos hecho una inmersión total en el Hotel y su entorno, el del valle del Aragón, que es una maravilla más de nuestro pirineo aragonés. Para repetir a no mucho tardar, y reservaremos con antelación suficiente para degustar su propuesta del Canfranc Express y del vagón Restaurante 1928.

Un hotel magnífico, habitaciones confortables y restauración de calidad, el grupo barcelo ha conseguido mantener la esencia de una estación de tren, decoración ardeco. Haciendo guiños constantes a un Vagón de tren, El personal muy amable Tengo que poner una pega. La piscina para el precio que tiene el hotel debería estar incluida con la estancia. Tengo que decir que el último día el servicio de desayuno no estuvo a la altura. Nos tuvieron 20 mn para servirnos un café. Nos pidieron muchas disculpas. Pero hay que ser más ágiles dando soluciones

El hotel es impresionante. Las instalaciones son amplias, con mucho estilo, merece la pena estar alojados para poder moverse con libertad por todo el edificio. El personal es de 10, todos, desde la recepción, al botones y el personal de restauración. Las habitacione son amplias, camas maravillosas y baños grandes. El desayuno es inmejorable. Y los espacios de restauración y bares son muy agradables. La única pega es que muchos adultos no pudimos usar la zona de cocteleria llamada la Biblioteca porque a las 20:30 estaba llena de niños, parecía un jardín de infancia, algunos de 3 años corriendo por la sala y otros jugando en las mesas. A ciertas horas deberían limitar la edad de acceso.. Por todo lo demás si merece las 5 estrellas. Es una experiencia recomendable

Un hotel precioso y una ubicación excepcional. Es verdad que la zona tiene "poco que hacer" aunque la cercanía a CANDANCHÚ (5 minutos en coche) hace que sea el lugar adecuado después de un día de esquí. Volver a descansar al entorno que ofrece el hotel es una experiencia única, disfrutar de un baño caliente, de una habitación limpia, de unas vistas sin parangón y de un desayuno excelente, no tiene precio (que por cierto no es excesivamente alto)