Seleccionamos en este alojamiento en base a las buenas valoraciones que habiamos leido y la verdad es q fue un fiasco total. Para empezar con la recepcion, llegamos y no habia nadie, llamamos y nos dicen que tenemos que ir nosotros a recoger las llaves a otro sitio. Primera en la frente y con el coche que no se podia aparcar en la misma calle. Pero lo peor fue que las habitaciones tenian muros de papel y las camas son probablemente las peores en las que he dormido en mi vida, los muelles crujian solo con moverte un milimetro asi q no pegamos ojo en toda la noche, cuando no se oia los crujidos de nuestra cama era la de los vecinos de arriba, un número. Cuando intente llamar al dia siguiente no me contestaron (me pregunto que hubiera pasado si hubiese sido una urgencia) hasta mucho mas tarde y por supuesto con el consabido “lo sentimos mucho pero esto es lo q hay y no hay habitaciones disponibles para cambiarles”. No descansamos nada, en el tiempo que estuvimos alli no hubo nunca nadie del hotel que se pasara por alli, es un dormitorio y punto, no se puede llamar hotel y a nosotros desde luego nos arruinó la experiencia en Santiago. Hay muchas y mejores opciones en Santiago y no recomiendo en absoluto este sitio.
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