Sin duda, uno de los mejores alojamientos en que hemos estado (y hemos estado en muchísimos en los 5 continentes). La habitación, la 510, podría pertenecer por derecho propio a un hotel 5* GL: un ático abuhardillado inmenso decorado con un gusto exquisito y unas vistas memorables desde sus amplios ventanales; la persona de recepción, no solo encantadora, sino dispuesta a explicar con todo lujo de detalles rutas y visitas; la camarera que nos ha atendido estos 5 días, pura simpatía y profesionalidad; así como el resto de personal, atentos y muy amables. Una exoeriencia 10 para repetir sin dudarlo.
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