Reservamos una habitación triple para pareja y niña, con entradas a la Warner, está cierra a las 00.00 pero nos fuimos antes porque estábamos cansados. La sorpresa fue llegar al hotel con la puerta cerrada y dos teléfonos de contacto, en uno una chica que buscaba a su compañero perdido, media hora esperando en la calle con la niña durmiendose en banco, hasta le dimos pena a la chica del bar que no entendía como no había nadie. Al final en el segundo teléfono nos dicen que la llave está en un buzón. Llegamos a la habitación, el baño sucio, tres toallas de ducha (la cara, el pelo... Solo hay esa). Bueno para el lavabo, de pie con la puerta abierta y para el water y la ducha hay que entrar de lado. A las 12.30 pasadas viene una señora muy desagradable, que dice que mi marido está muy alterado la tele no funciona, no hay tdt, nos vamos a dormir, y nos aporrean la puerta, la señora que tenemos que hablar... Le digo que es muy tarde y que mañana le ponemos hoja de reclamaciones y hay escuche su primer y último lo siento. Por la mañana no hay agua caliente, ducha agua fría y nos vamos. Mal el hotel pero sobre todo el servicio.
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