Increíble hotel en la mitad de nuestro recorrido del Camino de Santiago, lo mejor que hemos encontrado durante el camino. Decorado con mucho gusto todo el hotel, es realmente precioso. La atención fue inmejorable, tanto por parte de la chica que nos atendió por la mañana como por los dueños, preocupados por cada detalle en todo momento. Tienen el detalle de subirte las maletas a la habitación. Las camas suuuuuuper cómodas, con 2 almohadas por persona, es tan importante encontrar donde descansar bien... El desayuno y la cena espectaculares, te lo sirven todo en la mesa, muy completo, muy cuidado y riquísimo todo. Además sin saberlo a medio día comimos en Casa Nené, que es de ellos mismos y está muy cerquita y también fue todo un acierto. Seguro que volveremos! Mil gracias!!
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