Dos dias en este espléndido monasterio, cambiamos de habitación la segunda noche. Maravillosa Junior Suite, de 50 m2, con espacio a lo grande, una bañera de hidromasaje , cama de maravilla y mucho encanto. La única pega fueron los escalones de acceso, ir con las maletas arriba y abajo fue engorroso. Y aunque nos las trasladaron, la segunda noche la hicimos en la coqueta villa, dónde tienes PK enfrente y no hay que salvar obstáculos. Algunos desperfectos en el baño....El edificio del monasterio es austero por fuera pero muy acogedor por dentro, aunque es muy grande y hay bastante distancia entra las habitaciones y el bonito salón del desayuno, todo está decorado con gusto y esmero. Tal vez se advierten algunas zonas muy reconstruidas pero los grandes espacios de la parte del claustro bien merecen que te pares a contemplarlas, asi como la gran iglesia situada al final del pasillo. Pero me pareció un claustro raro, situado en el primer piso y que no corresponde a los estandares habituales en este tipo de construcciones, pues la entrada al recinto y la recepción quedan en un plano inferior......En cuanto a los servicios , hay piscina descubierta de temporada, y en el desayuno encontré a faltar huevos fritos recién hechos, no corresponde a las 5* del lugar....El personal muy agradable y el lugar para desconectar y no tener ganas de irse...... El spa, no es grande y no funciona todo, cobran 25 euros pp. y sobre todo lleven gorro, si no lo tienen que comprar.... Precio algo excesivo para lo que es.....
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