Primero destacar la calidad humana del personal. Todos muy educados y muy agradables aunque Javier ,el camarero,podría saludar de vez en cuando y ser un pelín simpático. Emilio,un ser super agradable al igual que Teresa. Habitaciones correctas, limpieza correcta. Lo malo me resultó la comida,se nota que es todo congelada. Obviamente las verduras crudas,no,pero lo demás es congelado. Las bebidas en medía pensión hay que pagarlas y a buen precio. La ubicación es muy buena,a 100 MTS de la playa.
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