Quinta estancia en este maravilloso hotel, resort, da igual el nombre o calificativo, es un paraíso. Hemos pasado unos espectaculares días, habitación 424 con vistas a la piscina. Desde el primer momento que llegas y accedes a su maravillosa recepción, a mi me transmite mucha paz y tranquilidad y sobre todo su olor, que despierta todos los sentidos, me encanta. La habitación cumplió todas nuestras expectativas, dimensiones, ubicación así como por todas las comodidades que tiene, incluido el minibar dado que tenemos nivel unique. Como siempre el lugar está perfectamente cuidado y limpio, en perfecto estado de revista, pasan los años pero al hotel no se le notan para nada. Destacar sus piscinas, jardines (una delicia), distintos restaurantes y bares. Esta vez no pudimos ir al spa pero disfrutamos de la piscina climatizada. La gastronomía muy variada, con productos de calidad como es el Jamón Ibérico de Bellota, o pescados y carnes de primera. Los desayunos son muy completos, destacando tanto los embutidos, como los platos de plancha y como no, el Vital Corner, con su nutricionista que te asesora en todo momento. Esto último es único del Royal Hideaway Sancti Petri, y decir que es una delicia. Las comidas, dado que en esta parte de la temporada solo hay media pensión, las degustado en el restaurante La Bahía, donde el trato ha sido exquisito, probando su arroz del senyoret, así como su Guacamole con Pulpo y una exquisita y tierna presa ibérica. Destacar también esw brownie con helado. En el bar sunset tienes unas puestas de sol espectaculares, mencionar a Roberto, el cual nos ayudo ante una indisposición de mi mujer, bajada de tensión por embarazo, el cual nos trajo dos cojines y estuvo pendiente en todo momento. Gracias a todos los integrantes de este maravilloso hotel por dar todo de vosotros para que los clientes disfrutemos al máximo la experiencia Sancti Petri. Gracias Roberto, Ricardo, Ana Belén, Eva (encantadora), Macarena y Quique, este último siempre supervisando todo. Gracias de corazón, nos veremos en Octubre, esta vez siendo tres.
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