Este hotel está en un campo de golf a las afueras de Gijón, por lo que resulta muy bien para estar tranquilo y acceder rápidamente a la ciudad. No es un hotel enorme, por lo que aunque esté lleno resulta cómodo y accesible, ideal si andar kilómetros por un resort para cualquier cosa no es lo tuyo, pero quieres todos los servicios en pequeño formato. El personal es excepcional, sin más. Desde la recepcionista a las masajistas del spa, todos simpáticos y eficaces, un gustazo. El spa es una maravilla, tiene de todo: cuellos, camas, volcanes... está muy bien pensado, ya que el pozo frio no es una cosa insufrible como en otros sitios, el agua está a la temperatura perfecta, el hamman también...algunos botones son un enigma y falta algo de limpia fondos pero yo le daría un 9 tranquilamente. Además, las vistas al campo de golf son un lujo. Y el tratamiento de algas, espectacular: de verdad te deja la piel luminosa y suave, de los mejores que he probado. Lo peor, como suele pasar, es el buffet de desayuno, y aun asi está bastante bien. parece que ya es inevitable el café de máquina cutre y el zumo de naranja de bote, aunque este era un bote bueno. Pero faltaban opciones, los tostadores van lentísimos, el único fruto seco era la nuez, solo un dia hubo una macedonia...mejorable, claramente. Mejor el restaurante, amplio y cómodo y con una carta muy atractiva con un poco de todo. Por último, habitaciones excepcionalmente bien insonorizadas (aunque algunas abuhardilladas, cuidado al reservar si eres alto), cómodas y bien equipadas. En resumen, una más que excelente opción para visitar la zona y disfrutar además del golf o el spa.
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