伊格里克斯酒店(Hotel Igeretxe)

Hotel de magnífica situación y super cómodo por lo nuevo de atencion al cliente, precio honesto y la única insatisfacción es que al no haber empleados a partir de las 5 de la tarde y es cuando entra lo fácil dado la digitilización para entrar tanto al hotel, como el parking y la facilidad que a la hora de entrar cuando abre la puerta puede pasar detrás o antes de tí al hotel

Mi valoración es sobre el restaurante no sobre el hotel. Fuimos a pedir mesa ya que antes hacían menu del día y nos dijeron que hasta nueva orden no hay servicio de restaurante y te envían a comer si quieres al restaurante La Terraza al lado y que al parecer es de la misma propiedad. Fuimos y pésimo. Que pena que en la playa de Ereaga en estos dos negocios no se pueda comer. El Bar del hotel está bien ya que tiene terrazas agradables y se está muy a gusto. Pero imperdonable que no tengan cocina. Y desde luego al que te envían a 50 metros para comer no vayan. A tomar algo a la terraza bien pero nada más. Horrible.

Primera impresión al llegar bastante negativa, ningún tipo de iluminación en las escaleras de acceso al hotel, recepción con horario muy limitado, interior del hotel en bastante mal estado, la habitación con una decoración muy austera, sin ningun cuadro y todo de color beige, solo 2 capsulas de cafe y no leche en ,a habitación,televisión muy pequeña, no usb points, no canales de televisión internacionales, rodapies en muy mal estado, buenas vistas a la playa de Ereaga, no buffet de desayuno tuvimos que usar el buffett del hotel Tamarises, las areas comunes del hotel en muy mal estado y muy poco cuidadas, el hotel en si necesita una reforma total.

Un hotel bien situado. A partir de ahí, el resto es un desastre. Suciedad, manchas, antigüedad. Nuestra habitación se inundó por el aire acondicionado ñ. Nos cambiaron a otra (molestias) y ya no se inundó pero no funcionaba el aire acondicionado en una habitación orientada al sur y oeste. Insoportable el calor. Los baños sin toalla de manos, las duchas se caen, las almohadas amarillas de viejas, el baño con olor a cañerías…. Los cristales los limpiaron el siglo pasado… A partir de las 9 de la noche no hay nadie en recepción…. En fin, un auténtico desastre por más de 200 € la noche

Recepción cierra a las 5 de la tarde y te dan una clave para que abras la puerta y te dejan un sobre en el mostrador para que sepas cuál es tu habitación. Cualquiera que llegue antes puede coger tu sobre. En la entrada hay escaleras, pero nadie te ayuda con las maletas. El aparcamiento exterior está cerrado con barrera y tienes que llamar a un teléfono para que, si hay sitio, te abran la barrera. Ese teléfono deja de funcionar a las 9h de la noche y si llegas más tarde, como fuenuestrocaso, no puedes entrar, aunque haya sitio. Aparca donde puedas y es todo zona azul. Desayunar en la habitación,de ninguna manera. Tienes que ir a la cafetería, abierta al público de la playa, desde las 8, 30h y allí tienen "4 cosas" que tienes que pedir y pagar en la barra y llevártelas tú a alguna mesa. Y devolver a la barra los "restos". A veces hay cola en la barra. Todo impropio de 4 estrellas y 185€ la noche.

Era la celebración de la boda de una persona muy cercana y pocas cosas se salvaron, algún camarero de la barra. Muy desencantado con la experiencia en este sitio que , parece ser, algún día debió de ser bueno. Hay una gerencia que no tienen ni idea de gestionar un sitio así, no se preocupan nada por el cliente. Yo iba de invitado de una boda de un familiar muy cercano y desde que entras te das cuenta de que tienen ese espacio muy dejado. No funcionaba la megafonía en el momento de la ceremonia, no funcionaba el aire acondicionado en el salón del almuerzo y contando que había invitados muy mayores ( acabo más de la mitad de invitados levantado de sus mesas y cerca de las ventanas) y por más que se lo decíamos no hicieron nada, en el salón de baile no había ni una triste luz de ambiente de baile ( solo la misma luz amarilla del Salón) . Es una vergüenza que profesionales del sector que trabajan con gente que confía en su espacio, y por eso lo eligen para celebrar ese día tan importante para ellos, al final se vayan con ese sabor de boca y la dirección del evento ni pedir disculpas ni nada parecido. NADA RECOMENDABLE Y MENOS PARA UNA CELEBRACIÓN IMPORTANTE. Igual para tomarte un vino.....

La experiencia en su restaurante La Brasserie deja muy mal a su hotel. Dicen que la primera impresión es la que cuenta. Una pena no haber salido corriendo nada más sentarnos. La experiencia es la peor que he vivido en toda mi vida y conozco muchos restaurantes. Lo primero es que nos atiende una señora que iba vestida echa un desastre, desde luego hubiera sido vestida igual para trabajar en un bar de quinta categoría, lo peor, es que luego nos enteramos que era la dueña del restaurante. Nos atiende después de 15 minutos sentados y tras otros 20 minutos nos toma la nota de la comida. No tenían la mitad de los alimentos que íbamos solicitando. SE me ocurrió preguntarle como hacían el pescado a lo que me contestó muy impertinentemente que “como iban a hacer el pescado, pues como se hace en el País Vasco”, ¿perdón?, no sabía que en el País Vasco no se puede hacer a la sal, a la plancha, al horno… no sé. Me callé y no le seguí el juego. Nos teníamos que haber levantado e irnos ene se momento para ahorrarnos el disgusto siguiente. Total que pido unos chipirones en su tinta que no tenían (no tenían tinta, tampoco, en un restaurante vasco para los chipirones…) bueno pues los pedí encebollados. Llevábamos ya sentados una hora y cuarto de reloj y no llegaba nada. Habíamos pedido un centollo preparado, el cual teóricamente ya lo tenían listo y eso que es frio tampoco llegaba. A todo esto, ya nos habíamos fulminado 1 botella de vino lógicamente. Por fin nos traen el centollo que estaba fatal preparado, había más cáscaras dentro que lo que habían desechado para la basura, un desastre y las almejas de frescas no tenían nada. Ya llevábamos casi dos horas sentados y vino el camarero, la otra impresentable ni se atrevió a acerc****, a decirnos que no había chipirones encebollados pero que nos los podían hacer a la plancha. O sea una hora y cuarto después de pedirlos nos comunica que no tienen ¿que? ¿Cebolla? Lógicamente nos pareció una tomadura de pelo que no se puedan encebollar unos chipirones por lo que decidimos pedir la cuenta de lo consumido hasta el momento e irnos. Por cierto que nos cobró hasta el pan. Por supuesto las dos botellas de vino que ya habíamos pedido después de dos horas sentados. Yo recomiendo huir de este lugar y que esta señora vaya a una escuela de restauración a aprender como se lleva un restaurante y, sobre todo, modales, por que hasta su posición atendiéndonos, son un brazo en jarra, dejaba mucho que desear. Espero cerréis pronto para siempre este lugar. Una vergüenza para el País Vasco donde se come muy bien y gente como ésta sobra.

La habitación con vistas es muy bonita y acogedora. Las camas son cómodos y grandes y el baño es amplio y cómodo. El sitio es tranquilo y tiene fácil acceso para aparcar en los alrededores.

Nous avons été très déçus par l’hôtel Igeretxe qui ne mérite pas ses 4 ètoiles! Le service est quasi inexistant. La réception ferme à 18h et l’hôtel est fermé à clé. En ce qui concerne la chambre, certains jours nous n’avions ni gel douche, ni shampoing, ni café! Quant au petit déjeuner, il est inexistant ( nous avions pourtant réservé la chambre avec petit déjeuner). Il a fallu faire la file au café de l’hôtel ouvert aux gens de la plage et prendre notre café avec des tapas! Le seul point positif est l’emplacement de l’hôtel sur la page avec vue sur le port!