Las instalaciones del hotel son increíbles, la privacidad, la tranquilidad, las espectaculares vistas de la bahía de Phang Nga... El personal fue súper amable, al ser un hotel selecto con pocas habitaciones personalizaron mucho nuestra estancia, y tuvieron muchos detalles para nosotros y para el resto de huéspedes. En total, pasamos dos noches: la primera fue en una villa espectacular con piscina privada y vistas alucinantes, y para la segunda noche teníamos una habitación estándar contratada (que está súper bien y la piscina compartida y zonas comunes son también una pasada!), pero como sabían que era nuestra luna de miel tuvieron el gran detalle de hacernos un upgrade con jacuzzi privado al tener disponibilidad! Los desayunos, las comidas y las cenas estaban muy bien presentadas y eran abundantes, además de contar con un restaurante precioso y muy bien decorado y unos cócteles de 10! Nos hicieron la estancia única, especial y de ensueño y siempre les llevaremos en el corazón. Si buscáis relax y trato exquisito, esto es lo más parecido al paraíso! Tened en cuenta que el hotel está pensado para qued**** relajado ahí, no para ir saliendo y entrando. Eso sí, no dudéis en contratar un long tail trip, es de lo mejor!
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