Ubicación inmejorable con vistas a toda la ciudad, sobre el rio Duero y toda la naturaleza circundante, habitaciones grandes, confortables y completas, desayuno muy bueno, trato exquisito, el acceso a la ciudad requiere algo de tiempo si lo haces andando no por distancia sino por elevación, aunque el paseo si coges el atajo del bosque resulta muy agradable, un único pero, el restaurante, cenamos un día en el hotel, los precios nos parecieron algo pasados en relación a la comida, un ejemplo una paletilla de cordero a 31€ con la misma ración de lechuga que nos sirvieron a mediodía en el bar del hotel cuando tomamos un bocadillo mixto de jamón y queso, el cordero estaba gustoso pero por ese precio un acompañamiento mas acorde no hubiese estado mal, en cualquier caso, 4 noches muy agradables, a recomendar sin duda
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