De verdad que hay pocos sitios que puedan tener el encanto y la cercanía que encontramos en este hotelito. Tanto Bea como Mila se esmeran desde que llegas para hacerte sentir como en casa. Majas no, lo siguiente. Los desayunos son para campeones, todo riquísimo, y la cena que nos prepararon también rica y sana. Todo está decorado con mucho gusto y mimo, las habitaciones limpias, también muy bonitas, y realmente sientes comodidad en cualquier parte del hotel. La terraza es agradable a más no poder. Recomendable 120%!!!
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