Pequeño hotel tipo B&B gestionado por Patrice, un anfitrión amable y servicial. Está en medio de la nada, pero no muy lejos de Burdeos y del estuario. La casa aún no está acabada, porque Patrice sigue reformando y mejorándolo, sobre todo el jardín. Quizá debería invertir en mejores materiales, que con frecuencia se notan "cheap". Pero su esfuerzo porque los huéspedes se sientan cómodos lo compensa. El desayuno Bio, merece la pena. Si se llega tarde, se puede solicitar cena, porque no hay mucho alrededor que este abierto después de las 21:00.
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