Soy madre de tres niñas pequeñas de menos de 5 años. Anoche pasé a tomar algo al bar d este hotel con mis tres hijas con carrito de bebé recién nacido incluido. Mi hijas de dos años y medio se levantó de la silla corriendo, jugando hasta la recepción del hotel y se sentó en un sillón. Yo fuí detrás de ella y nos sentamos de nuevo en el bar. El señor este que se hace llame DUEÑO DE TODO EL HOTEL Y EL BAR (palabras textuales), con muy poca clase, tuvo la desgana he de venir a decirme que mi hij no podía estar en los sofás y que si volvía a ocurrir no echaría de allí. Por segunda vez mi hija corrió hasta la puerta sin cruzar a la recepción y este señor volvió para avisar de que no cruzara la puerta. En este momento, me levanté y me fui y por supuesto no volveré jamás. Los que tengan hijos, y los que no, estarán de acuerdo conmigo en que este señor no es padre ni pensará serlo en la vida, porque no tiene ni idea de lo que significa. Tampoco creo que a ningún empresario en su sano juicio se le ocurra “echar” de sus instalaciones a una clienta madre de hijas tan pequeñas que están tomando granizados. La imagen que este señor proyecta sobre SU HOTEL E INSTALACIONES es totalmente pésima e inaceptable. Se pasa el día dando vueltas como un policía con ese aspecto de “chulo de playa” y Me consta que el trato verbal a sus empleados es vergonzoso. En este hotel pasé mis mejores veranos en mi infancia. Por supuesto, de todo lo que recuerdo ya no queda nada. El hotel se vendió a este impresentable y desde entonces todo a ido de mal en peor. Eliminaron la animación, las instalaciones están poco cuidadas y me consta que las habitaciones también necesitan una buena reforma. Cuestión de recortar gastos porque las cuentas no salen, imagino. Mejor no hablar de la comida buffet, no comáis jamas aquí. Dejo este comentario para que los que vengáis con familias y niños sepáis a dónde venís. No merece la pena.
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