Muy buena experiencia en general, fuimos con mi perrita y muy bien, solo comentar q deben buscar una zona bajo techo para poder comer ya que aunque esta vez pudimos, gracias a la amabilidad y empatía del personal, hubo alguna pega que otra y eso que estábamos totalmente apartados del resto de la gente. Destacar la extraordinaria atención de el recepcionista Pablo, una persona muy amable y atenta que nos ayudó con un cambio de habitación a la llegada, así como también la atención de Alex en la zona de restaurantes, también con un trato exquisito en todo momento, y las chicas también muy colaborativas. Si he de comentar la mala impresión que nos llevamos de un recepcionista, no sé su nombre, sé que debe ser cubano por su acento, un señor de entre 40-50 años, fuerte, que en la mañana de ayer 26/05 cuando nos íbamos estaba tratando de muy malas maneras a Pablo, por un asunto con un cliente. Creo que se debe controlar este tipo de comportamientos entre compañeros y más si trabajas cara al público y creo que ese tipo de tratos no debe existir. Al principio nos pusieron en una habitación sin ventanas, solo con aire acondicionado cosa que no entiendo, todas las habitaciones deberían tener ventana. El sistema de media pensión es diferente, no está mal pero para personas que coman bastante no les cunde. Por lo demás nada más que comentar, agradecer la posibilidad de poder alojarnos con mascotas, espero que en un futuro no sea tan complicado poder hacerlo en el resto de alojamientos ya que es un ser que forma parte de la familia. Un saludo Una clienta satisfecha.
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