Julio 23, un calor que te mueres, la ciudad llena hasta los topes de turistas españoles (como nosotros pero más gritones) imposible aparcar en la calle, obras en la avenida principal que está cerca del hotel, no tiene carga y descarga y hay que avisar en recepción si quieres meter el coche para que te abran el portón. El parking es de difícil acceso y aún más difícil de sacar, te lo cobran en efectivo, así como la tasa turística. Se quedan con las llaves de tu coche y cada vez que quieres acceder a él tienes que bajar con alguien del personal. Es un hotel modesto, bastante vintage. La habitación estaba en la última planta y daba a la parte trasera, con lo cual era muy tranquila. Limpia, además. Está a una distancia caminando del centro bastante asequible.
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