Nos quedamos en el refugio, una cabaña con living comedor, cocina, baño y habitación. Los espacios son cómodos, la calefacción funciona muy bien y la cocina tiene todo lo básico. El colchón de la cama estaba un poco gastado pues se hundía más de lo normal. Lo mejor del lugar es el entorno de naturaleza, el silencio, las piscinas termales y la tinaja privada de uso libre. El restaurante excelente, con variedad de comidas y desayuno muy completo. Lo que podría mejorar es que tuvieran algún espacio común tipo living, pues al hacer check out (11 am), como hace frío, si bien uno puede qued**** en las instalaciones y esperar un rato para almorzar en el restaurante, no hay ningún lugar para estar, salvo la piscina donde hay humedad y frío (no es tan hermética) y una muy pequeña cafetería.
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