Hotel bien situado, frente estación de tren y a unos minutos andando del centro de Lleida. Se nota que es viejito, con alguna reforma efectuada. Bien en cuanto a la limpieza. Habitación amplia, con baño reformado, con ducha amplia. Toallas malísimas. Wifi nulo, sin recepción, al menos en mi habitación. Tiene parking amplio a un muy buen precio de 7€/dia. No ofrece comedor, aunque tiene una cafetería anexa donde se puede desayunar.
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