Mi pareja y yo pasamos 3 días alojados en la posada El Ángel de la Guarda y hay que decir que salimos muy satisfechos. El entorno rural es relajante, bello e incomparable. La casa en la que se sitúa la posada la verdad es que es muy bonita. Una vez que entras, todo es acogedor. Elegimos una habitación con terraza, era muy bonita, con una cama muy cómoda y el baño amplio y con bañera de hidromasaje. Mi pareja y yo tenemos la costumbre de tomar muchas infusiones, pero la habitación no disponía de hervidor. Incluso ahí, Inés (la responsable del alojamiento) no dejó de sorprendernos: nos llamó poco después a la puerta y nos entregó un hervidor para nuestro uso (un detallazo). Hay que destacar que Inés es muy atenta y amable, siempre pendiente de si estamos a gusto. El desayuno, sinceramente, de los mejores que he probado nunca. Era tipo buffet, todo fresquito y delicioso. Una experiencia maravillosa, nos fuimos con pena de allí y prometemos volver. Muy recomendable.
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