La habitación (suite) está bien, amplia con una gran cama, un sofá, una terraza y un buen televisor... pero falla en los pequeños detalles; como la falta de pomos en baño y terraza (tienes que dejarte las uñas), interruptor escondido detrás de puerta corredera, etc. Pero nada grave en si mismo. El desayuno bien.... pero donde falla estrepitosamente fue en la cena (una sala-comedor que hacía un frio terrible), donde nos trajeron unos canelones sin sabor inundados de tomate frito (un sin sentido), unas verduras a la brasa con unos cortes demasiado gruesos y que cocinaron sin sal, y un solomillo que solo impresiona por el nombre y no por la carne. Unas brochetas de pescado aceptables, y de postre los peores coulant que hemos probado nunca..... si solo tienes tres primeras opciones y tres segundas opciones por lo menos esperas que sean platos bien resueltos (y no es el caso), lo único bueno de la cena fue el servicio del camarero y que la bebida estaba incluida (una sorpresa poco habitual)
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