Ayer, después de un par de meses, tuvimos la oportunidad de volver a este maravilloso establecimiento, y la experiencia no nos dejó indiferentes. El recibimiento fue perfecto, pero el resto de la velada fue extraordinaria; nos sentaron en la mesa y automáticamente se presentó el camarero, el cual iba a guiaron durante toda la noche. Nos ofrecieron una copa de bienvenida y nos informaron de los platos que tenían fuera de carta. Al final optamos por dos entrantes a compartir, dos principales y dos postres, cada cual mejor que el anterior. Destacaría la gran elaboración en todos ellos, fusionando la cocina tracicional mallorquina con elaboraciones más contemporáneas. A parte de la profesionalidad, la calidad y la rapidez del servicio, también destacaría el nivel de detalle de todos los camareros: en ningún momento nos faltó de nada y el personal estuvo constantemente pendiente de que todo estuviera a nuestro gusto. Y por si fuera poco, tuvimos el privilegio de poder escuchar a Isabel Molinero, la pianista que ambientó el restaurante durante toda la noche, tocando temas actuales, otros más clasicos y algún que otro villancico. No nos cansamos de giraros y quedarnos deslumbrados por su música, fue todo un regalo. Finalmente, cuando terminamos de cenar, tuvimos el privilegio de conocer al director del hotel, quien personalmente se preocupó de que la experiencia hubiera estado a la altura de nuestras expectativas. Si tuviera que definir esa noche en una sola palabra, sin duda sería exquisita. Volveremos pronto.
翻譯