Nos recibieron de manera muy especial (tocando un instrumento musical hecho con la cocha de un caracol ), desde que llegamos nos hicieron sentir especiales, la comida deliciosa, la experiencia increíble, el ambiente mágico, las instalaciones impecables, la señora Janet del spa fue siempre muy amable conmigo y con mis hijitas, el personal del restaurante de igual manera Quiero agradecer de manera especial al señor Javier que tuvo la atención de acerc**** a nosotros la ultima noche y de entablar una conversación personal con mi hijita de 6 años en la que ella le decía que era la primera vez que encontraba unas pantuflas de su talla y que este hotel era su favorito. Dicen que uno siempre regresa al lugar en el que fue feliz, nosotras definitivamente regresaremos a este hotel
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