La experiencia este establecimiento fue increíblemente satisfactoria. Todo es destacable, en relación a la categoría y el precio, pero la calidez humana del personal es posiblemente la mejor que me he encontrado en cualquier hotel. La atenciones recibidas desde antes de la llegada hasta la misma salida fueron excelentes. En el trato, en la elección de la habitación, cambio del desayuno por picnic, facilidad para hacerme con él... se puede decir que fueron especialmente hospitalarios, algo muy difícil de encontrar. El edificio está muy bien situado y seguramente las habitaciones con vistas al puerto tienen que ser espectaculares. Aunque no es de construcción moderna el mantenimiento es perfecto y la limpieza es IMPECABLE. Precisamente al ser un edificio relativamente antiguo hace que la insonorización sea muy buena y los apartamentos muy amplios. El equipamiento de los apartamentos es otro punto fuerte de este hotel, no falta de nada y todo está en perfecto estado de conservación y limpieza. También hay que poner en valor el desayuno. Variedad y calidad se une a la elaboración casera de casi todo. Y aquí tanto el personal de servicio como el de cocina es excepcional. Todo estaba riquísimo, ya quisiese cualquier hotel de 4 estrellas tener un desayuno la mitad de bueno que este. Posiblemente me quede corto en elogios y en agradecimientos por la maravillosa estancia en este hotel.
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